lunes, 4 de junio de 2007

Internet: más allá del instrumento

En noviembre de 2005, la II Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información celebrada en Túnez, aprobó proponer a la Asamblea General de Naciones Unidas la designación del 17 de mayo como Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. Casi dos años después, la conectividad ha sido lo que más ha ocupado la atención de los gobiernos. Sea esta una oportunidad para reflexionar sobre el tema.
Sin duda las Tecnologías de Información y Comunicación –TICs– han revolucionado la producción de los contenidos. Lo que antes era un privilegio de pocos le ha dado la oportunidad a las audiencias de participar. Quien era hace una década un receptor pasivo, ahora se ha convertido también en emisor.
En ese sentido, el asunto de la conectividad se ha convertido en un discurso político de los candidatos de turno, porque reconocen el auge que ha ido tomando en los diferentes ámbitos. Lo que no está mal, pero más importante que la instrumentalidad, de contar cuántos puntos de red hay en un lugar o en otro, está el tema de las competencias tecnológicas y el conocimiento del alcance de estas tecnologías, que deben tener los usuarios.
Este punto es el que sigue siendo el talón de aquiles en el uso de Internet. Hasta ahora, se han dado algunas transformaciones, pero la herramienta no ha dejado de ser herramienta. Los jóvenes, quienes según el imaginario deberían ser quienes incorporen las TICs para la educación y el trabajo, siguen resistiéndose al uso de Internet y de otras Tecnologías de Información y Comunicación, más allá del uso social o de diversión: chat, correos electrónicos, video juegos. Esto se evidencia en las aulas de clase, como cuando se le pide al estudiante realizar un trabajo en un campus virtual. Claro que también los docentes son responsables, pues no se puede hablar de lo que no se conoce.
Obviamente no se puede generalizar. Hay quienes han superado este punto y continuará avanzándose en este camino. Pero estos procesos no se dan por generación espontánea, también debe haber espacios de reflexión desde la academia y políticas claras por parte de los gobernantes, quienes deben tener estas competencias, para que por lo menos sepan de qué están hablando, con qué se están comprometiendo al usar el aumento de la conectividad como argumento para ganar votantes y lo más importante: puedan calcular la magnitud de esta promesa.
Manuel Castells, sociólogo español, autor de textos como la Ciudad Informacional, en el prólogo de su obra Economía, Sociedad y Cultura, titulado “La Red y el Yo”, habla de cómo el progreso o atraso de una nación está ligado a las políticas gubernamentales, pero no le deja sólo la responsabilidad a estas instancias, también dice que las Tecnologías de Información y Comunicación requieren de la voluntad del individuo para aproximarse a ellas. Es decir, una práctica que necesita conectarse a una máquina y realizar varios pasos para lograrlo, definitivamente requiere la decisión de querer hacerlo.
El conocimiento comienza a incorporarse, no es gratuito entonces que poco a poco continúe llegando a un mayor número de personas y que lo que hasta ahora se ha usado para relaciones sociales también pueda servir para el trabajo y la educación.

*Docente Facultad de Comunicaciones, Universidad de AntioquiaTexto publicado originalmente en Delaurbe Digitalhttp://delaurbedigital.udea.edu.co delaurbedigital@comunicaciones.udea.edu.co
Edición 555 Alma Máter, Universidad de Antioquia. Junio 2007.

1 comentario:

omar villota hurtado dijo...

Te deseo suerte y mucha informacion-conocimiento con este blog!